Emergencias
Las instalaciones nucleares están diseñadas para que la probabilidad de que ocurran accidentes que puedan afectar al público y al medio ambiente sea muy baja. No obstante dada la posibilidad de que pudiera ocurrir algún incidente en estas instalaciones, es prudente tener planes preventivos sobre las actuaciones a seguir en caso de que acontecieran éstos con objeto de mitigar y reducir sus consecuencias.
De hecho, en el pasado ya se han dado algunos accidentes que han tenido repercusiones públicas; principalmente, han sido tres: en Windscale (RU) EN 1957, en Three Mile Island (USA) en 1979 y Chernóbil (1986).
En el análisis de accidentes, durante bastante tiempo se empleó el concepto de accidente máximo previsible; es decir, establecido el accidente más grave que se puede imaginar, se estudiaba si las consecuencias de este accidente eran o no aceptables para las personas y el medio ambiente. En la actualidad se están realizando análisis probabilistas de seguridad (APS), considerando múltiples situaciones de fallos y determinando para cada central, la probabilidad conjunta de tener un accidente grave.
Para hacer frente a los posibles incidentes o accidentes en centrales nucleares se establecen unos planes de emergencia cuyo objetivo es controlar el accidente, volviendo la planta a situación segura y proteger a la población y al medio ambiente de los vertidos radiactivos que ese accidente pudiera producir.