Una vida consagrada al mar
Jacques Yves Cousteau nacía en St. André de Cubzac (Francia) en 1910, e ingresaba en la Academia Naval Francesa en 1930. Desde 1933 hasta 1935 sirvió e el Lejano Oriente, a bordo del Primauguet. Se formó como aviador de la Marina hasta que un serio accidente de coche le retiró de los aires. Fue entonces cuando tuvo la ocasión de probar unas gafas de bucear por primera vez, hecho que condicionaría su rumbo futuro. "Ahí, bajo la quilla de nuestros barcos, existe un universo casi desconocido pero accesible - decía recordando sus comienzos - , hirviente de vida, una jungla salvaje que no está separada de nuestro mundo civilizado más que por la superficie del mar, esa frontera caprichosa que la oculta a nuestras miradas y que la ha envuelto en misterios y leyendas hasta nuestros días".
La exploración del mar se convirtió, desde ese momento, en parte esencial de su vida. En 1943, durante la Segunda Guerra Mundial, él y el ingeniero francés Émile Gagnan perfeccionaron el equipo de respiración de los buzos, creando la escafandra autónoma, con un cilindro de aire comprimido conectado a la máscara de la cara a través de una válvula que regula la presión, permitiendo permanecer bastantes horas debajo del agua. Tras el fin de la contienda, Cousteau creó y organizó junto a Philippe Tailliez y Frédéric Dumas una unidad de investigación submarina para llevar a cabo experimentos técnicos y estudios de laboratorio en el submarinismo.
En 1950, a la edad de 40 años, el Capitán Cousteau obtenía de la Marina nacional la excedencia para consagrarse por entero a la exploración de los mares. Fue entonces cuando adquirió el ya famoso Calypso, un dragaminas que, tras las obras de acondicionamiento convenientes, era transformado a lo largo del siguiente año en un buque oceanográfico. A bordo de éste se iniciaban cuatro décadas de exploración y filmación marina alrededor de todo el mundo. "Casi sin pensarlo -decía- me he lanzado a una vida consagrada a conocer mejor el mar". Cuatro décadas de sondeos, estudios hidrológicos y geofísicos, múltiples mediciones, estudios de la vida terrestre y marítima de todos los continentes y océanos del planeta,...
Cousteau moría en 1997, a la edad de 87 años. Hasta el final de su vida dio muestras de un entusiasmo infatigable y una extraordinaria capacidad de admiración. La Sociedad Cousteau continúa hoy su labor de reservar y proteger el planeta para generaciones futuras bajo la dirección de su viuda, Francine Cousteau, y de Sir Peter Blake.
Sus aportaciones dieron lugar a una nueva concepción, casi revolucionaria, de la oceanografía. Al considerar la presencia del hombre en el agua como imprescindible promovió lo que se ha llamado una oceanografía de acción. El equipo científico que trabajaba con él participaba de lleno en las exploraciones submarinas, realizando observaciones de gran interés y recolectando documentación fotográfica y filmaciones de gran valor científico. Además, la labor del Capitán Cousteau contribuyó al desarrollo de una ciencia nueva, la arqueología submarina. No debemos obviar sus trabajos de topografía submarina profunda a bordo del Calypso en los que, con la ayuda de un equipo de expertos altamente eficaz, alcanzaron una amplitud y precisión que sobrepasaban todos los estudios realizados hasta entonces.
Durante los últimos años, su defensa de la conservación del Planeta y las diversas formas de vidas que lo habitan lo convertían en un modelo de ecologismo. En 1991 recibió en España el Premio Cataluña que otorga el Institut d'Estudis Mediterranis en reconocimiento de que "su discurso interdisciplinario, a través de los soportes comunicativos de nuestra sociedad tecnológica, ha llegado al mundo entero y ha creado una vasta y auténtica conciencia ecológica".
La figura de Jacques Yves Cousteau
Pocos marinos han hecho otra actividad en la mar que no sea surcar su superficie. Jacques Yves Cousteau fue distinto. Su gran amor a la mar le llevó a no contentarse con los quehaceres de su profesión. La gran atracción que el océano ejercía sobre Él le hizo penetrar físicamente en este mundo desconocido.
Por los años 50 las actividades subacuáticas estaban muy poco desarrolladas y fue el Comandante Cousteau quien no conformándose con la inmersión a pulmón libre, forzosamente limitada en el tiempo, ni con los pesados y ortopédicos equipos de buzo, organizó un grupo de trabajo con unos cuantos colaboradores que centraron sus esfuerzos en el desarrollo de la escafandra autónoma que permitía largas exploraciones a profundidades no alcanzables a pulmón libre. Pero sus ideas iban más lejos y tras la escafandra autónoma surgieron varios tipos de vehículos ligeros incluyendo el submarino que llevaba como equipo complementario en el Calypso.
Este nuevo mundo lleno de belleza que Él contemplaba en directo quiso transmitirlo a las personas que nunca tendrán ni remotamente la oportunidad de contemplarlo. Así empezó un largo trabajo de equipo que se desarrolló a bordo del Calypso en todos los mares del Planeta.
Muy consciente de sus limitaciones y con la voluntad de realizar trabajos de gran calidad, se rodeó de los mejores técnicos y científicos que le permitieron realizar unos documentales insospechadamente buenos en relación a la época en que se hicieron. Los mejores cámaras, los mejores técnicos de sonido, distinguidos científicos de diversas especialidades, todos colaboraban con las ideas de Cousteau. Era un gran director de orquesta muy exigente con el trabajo de cada una de las partes y que sólo Él conocía el objetivo final: entusiasmar al público con documentales de una gran calidad técnica y con un mensaje científico y estético que hacían difícil olvidarlos. Desde los tímidos intentos del comienzo, Cousteau logró desarrollar su idea largamente acariciada: el rodaje de documentales bajo el agua que, con un argumento científico envuelto en un ambiente de aventura, hicieran una divulgación científica eficaz y atrayente para toda clase de público. Es como si a la humanidad se le hubiera abierto una ventana al mundo oculto de los fondos marinos.
Era habitual que en los momentos que en televisión se emitían sus series, el público desaparecía de otros ambientes para concentrarse ante la pequeña pantalla. Los profesores de ciencias naturales grababan las imágenes para trabajar en clase ciertos aspectos que era imposible visualizar de otra manera. El mundo entero debe al Comandante Cousteau el conocimiento del océano y sus reportajes han despertado una gran cantidad de vocaciones dirigidas a la investigación oceanográfica.
Su cara enjuta, su bonete rojo y su mirada tendida hacia el horizonte, eran imágenes que formaban parte de las panorámicas del océano con las que nos deleitó repetidamente J.Y. Cousteau. Su porte alto y delgado recuerda la figura de Don Quijote. Al igual que él era un ser lleno de ilusiones y fantasías que constantemente estaba repleto de nuevas ideas. De él se hablará en muchos sentidos, pero lo que es seguro es que nadie podrá negar su poder de comunicación y entusiasmo.
Enseñó a la sociedad la relevancia de una divulgación bien hecha, es decir, científicamente correcta, pero a la vez estéticamente plausible y con una componente de aventura ligada a la dificultad de la obtención de ciertas imágenes. La conjunción de estas características ha hecho que ciencias como la biología marina y la oceanografía, tuvieran una atracción especial sobre todo para la juventud.
Más allá de la superficie: sus inventos y la divulgación
Fueron muchos las investigaciones desarrolladas y los aparatos ideados por Cousteau para facilitar al hombre la exploración submarina. "Nuestra ruta ha estado jalonada de invenciones o innovaciones, como la inmersión, los submarinos de exploración y de intervención, las islas artificiales, la inmersión industrial profunda, la utilización de satélites en oceanografía,..." enumeraba el propio explorador.
En la actualidad, la forma más popular es el aparato de aire comprimido diseñado en Francia durante la II Guerra Mundial por el Jacques Yves Cousteau. Consiste en uno, dos o tres cilindros de aire comprimido que se llevan en la espalda y que alimentan de aire al buceador a través de una pieza que se introduce en la boca. La presión se regula con unas válvulas que proporcionan un suministro constante de aire que está equilibrado con la presión del agua.
En 1958 ingeniaba un trineo fotográfico que fue bautizado con el nombre de "troika", que se convertiría en una nueva herramienta para la investigación en aguas profundas. Las "troikas" tomaron, en el curso de los siguientes años, docenas de millares de fotos.
En 1959 Cousteau diseñó un pequeño submarino biplaza de exploración, apodado "platillo buceador S.P.350", que se convertiría desde entonces en uno de los accesorios indispensables del Calypso. El nuevo submarino miniatura sin hélice revolucionó las condiciones de la exploración submarina, asegurando la presencia activa del hombre en el mar hasta los 350 metros de profundidad. Su primera inmersión tenía lugar cerca de la costa oeste de Puerto rico ese mismo año.
En septiembre de 1962 el Calypso se consagraba a una misión particularmente importante: la colocación de la primera casa submarina, bautizada con el nombre de Precontinent I (Conshelf I). Se trataba de una experiencia histórica que abría camino a las técnicas de inmersión en saturación, que permitían a los buceadores realizar largas permanencias en el fondo e incluso habitar en él. Cousteau participaba así en la experiencia, asistiendo al descenso de los dos primero 'oceanautas' de la historia y a su permanencia durante una semana en la nueva casa submarina. Se abría 'una nueva etapa de la vida en el mar'.A esta misión le siguieron otras dos, Precontinent II y III.
Junto con Lucien Malavard y Bertrand Charrier inaguró el desarrollo del sistema de propulsión por viento Turbosail(TM) en 1982, que era testado un año más tarde en un catamarán convertido. El sistema fue mejorado para el barco experimental Alcyone y hoy es utilizado por el Calypso II, un barco verdaderamente ecológico y cuya construcción el capitán Cousteau no llegó a ver concluida.
Cousteau logró llevar al hombre a las profundidades marinas y mostró el fondo del mar a los que sólo conocían su superficie. Escribió muchos libros de divulgación del mundo submarino y realizó películas largas, cortometrajes y numerosas series para televisión. Tanto El mundo del silencio (1956) como El mundo sin sol (1966), ganaron el Oscar al mejor documental del año. A través de sus filmaciones transmitió a los espectadores su admiración ante la contemplación del Mundo Submarino.
El Mundo Submarino
La pasión de Cousteau por el mar y por la vida que en él se escondía le llevó a aportar grandes contribuciones tanto a la Biología Marina como a otras disciplinas, de ahí que no haya pasado inadvertido en nuestra colección de Grandes Científicos del Siglo XX. En su obra "Los secretos del Mar" escribía: 'Todavía queda mucho por hacer en el campo de la exploración y estudio de los océanos, ya que constituyen un mundo lleno de sorpresas; sorpresas promisorias y amenazantes'.
La importancia de su figura durante su vida y, ahora, tras su muerte, era expresada así por el presidente norteamericano Reegan en 1985: "Será recordado no sólo como un pionero en su época, sino como una figura de primero orden en la historia del mundo".
Con motivo de la elaboración de este artículo, Clarck Lee Merriam, de la 'Cousteau Society' nos enviaba un breve escrito que data de la celebración del 75 cumpleaños del Capitán en 1985, valorando su aportación a la ciencia y a la humanidad:
"La co-invención del Aqua-Lung(tm) por Jacques-Yves Cousteau's abrió el mundo submarino a la humanidad. Él y su equipo iniciaron la ciencia de la arqueología submarina, idearon nuevas herramientas para la investigación y filmación submarinas, crearon el primer submarino pequeño para trabajo científico, llevaron a cabo los primeros experimentos con éxito en la vida bajo el mar, inventaron el sistema de propulsión de viento Turbosail(tm) y mucho más. Cousteau, el primer 'hombre pez' en explorar el mar vivo, se convirtió también en su defensor más apasionado. Este preeminente marino- explorador- ecologista habló con gobiernos, industrias, agencias y, a través de sus películas y de la Sociedad Cousteau, con gente de todo el mundo para educar, aconsejar y sensibilizar a los ciudadanos sobre el Planeta Acuático".